Fuego y aire
Veía en sus ojos un cielo lleno de estrellas,un firmamento tan amplió y vasto como la imaginación me lo permitiese. Su piel, tan suave y tersa como un melocotón ,acariciaba mi rostro cuando buscaba un lugar cálido donde retozar,un aroma peculiar que me hipnotizaba en cada movimiento ,abanicando sutilmente su fragancia corporal ,dejándome completamente perdido a su merced mientras viajaba al paraíso.
Susurros al oído,rozar de labios en el cuello,una mano con vida propia y con aires de conquistador,que exploraba mi cuerpo con la intención de declarar como propios aquellos territorios desconocidos, y yo, dejando que los declare sin objetar absolutamente nada.
Un cuerpo tibio al tacto pero a su vez ardiente como la superficie del sol,capaz de derretir el acero. Unos labios que parecían que estuvieran cargados con voltaje,ya que me erizaban la piel ,poniendo mis vellos de punta y regresándome a tierra después de cada descarga.
Tenía su cuerpo desnudo junto a mí, sentía su respiración agitándose cada vez que mi mano recorría su cintura,besaba su pecho,tocaba sus senos y los apretaba suavemente.
La veía morder sus labios,sus piernas eran como un puente a punto de colapsar,ya que temblaban como edificios en pleno temblor de gran magnitud,se movían sin pausa,su líbido era tal que en sus ojos tenía escrito la palabra poséeme.
Al ver tal indicio de predisposición,mi dedo índice trazó un camino desde sus labios por todo su candente cuerpo,como quien recorre un mapa buscando una dirección,lo hacía de forma sinuosa y lenta,deteniéndome en ciertos puntos que le causaban mucho placer y así hasta llegar al ardiente pozo de los deseos.
Ella tomó mi mano izquierda y la llevo directamente a su boca y comenzó a recorrer con la lengua y labios cada uno de mis dedos de una forma tan sensual y placentera que hacían que mi sangre hirviera de placer.
Ahora jugueteaba con aquellos pétalos de rosa que llevaba entre las piernas,estimulando la cima de la gloria y veía que jadeaba de forma agitada mientras sus manos querían arrancar parte del colchón y mordía las sábanas. Se retorcía ,sus movimientos eran incontrolables,yo por otro lado,introducía los dedos de forma lenta y pausada,motivando su zona erógena. Su furor era tal que comenzó a gemir como si se le saliera el alma,sus uñas se incrustaban en mi espalda mientras me decía al oído que siga y no me detuviera jamás.
Sentía en su interior una atmósfera caliente,un líquido viscoso en plena ebullición cubría mis de dedos,los quemaba,sentía que en cualquier momento explotaría como una olla a presión y eso me encantaba,porque en ese momento ella disfrutaba a plenitud.
Me fui deslizando poco a poco hasta llegar a volcán a punto de estallar,comencé a pasar la lengua por los bordes externos de la puerta al paraíso,la punta rozaba la gloria y ella seguía gimiendo con una fuerza que hacía temblar la mismísima tierra y yo saboreaba el placer en cada pasada.
Los minutos pasaban esperando el momento exacto para fundir nuestros cuerpos en una simbiosis sin limites,veía en sus ojos a una mujer sedienta de deseo y lujuria ,fuego vivo que ardía como el centro de la tierra pidiendo más.
Me encontraba en el Olimpo al ver brotar de su cuerpo un río de humedad que empapada sus muslos, y sin perder el tiempo introduje parte de mí dentro de ella,lo hice lentamente para sentir la explosión de su corazón al fusionarnos. Su corazón latía a mil por hora ,sus ojos pedían más y más,no era necesaria palabra alguna ni indicación para saber que ella quería todo,que no tenga delicadeza y que domara a aquella fiera deseosa de sexo salvaje.
La química fue instantánea ,sabia como tomarla. La agarraba del cabello,la azotaba y dejaba marcada mi palma en su cuerpo,las gotas de sudor que caían de mi frente y recorrían su espalda,las ventanas se empañaban, la habitación parecía un sauna.El climax era fantastico.
Comencé a sentir que estaba a punto de estallar,un cosquilleo me alborotaba y a ella también,nuestras piernas comenzaron a flaquear, el momento estaba a punto de llegar para juntos ser la envidia de los dioses.
Sentí que mi alma abandono mi cuerpo de forma repentina,manifestada en puro fuego que inundó su ser.Ella no aguanto y sus piernas perdieron fuerzas mientras se desvanecía en un chorro de vida que fue acompañado de espasmos musculares incontrolables,no podía mantenerse en pie.
Fue tan intenso aquel momento que nos quedamos sin aliento ni fuerzas para reincorporarnos.
Alcanzamos a tocar las nubes en un acto tan pleno que no desperdiciaría ni un solo segundo en volvernos un solo ser nuevamente.
Ella es fuego y yo soy aire, fusion perfecta para arder cada vez que deseemos quemarnos vivos.
Excelente! Es la que más me ha gustado de las tuyas. Detalles tan realistas y bien contados que me transportaron al momento.
ResponderEliminarEsa es la idea.
EliminarGracias por el tiempo de leerlo.
Maravilloso
ResponderEliminar