Misión Cocoroco

Recuerdo como si fuera ayer las incursiones que solía tener a hurtadillas a la habitación de mi abuelita Chela con el fin de apropiarme, tal cual corsario, de los caramelos "Cocoroco" que tenía en uno de sus cajones.Bolsas enteras que me hacían babear y desearlo sin control. Todo estaba debidamente analizado. Como estratega militar de alto rango, tenía conocimiento de los momentos en que ella se encontraba en su dormitorio, sabía exactamente la ubicación de mi botín,esto es gracias a la actividad de espionaje que realizaba con la fachada de buen nieto,ya que solía ir a verla con la finalidad de inspeccionar mi entorno y hacer mapas mentales para llevar a cabo mi plan perfecto. Un día, recuerdo bien, ella y los demás integrantes de la familia se encontraban en la sala disfrutando de un almuerzo dominguero, aproveche en actuar y me deslice de la mesa indicando que quería ir al baño a hacer popo, palabra que en aquel momento despertó cierta incomodidad entre todos y m...