Mis hojitas de ruda
Hay algo mas sincero que una sonrisa acompañada de gestos de felicidad que forman un paréntesis en un rostro al cual le tiemblan los labios por la emoción contenida ? Creo que no.
Date un instante e imaginate dicho cuadro. Cierra los ojos y recrea el momento paso por paso y cuéntame .. no es algo realmente mágico?
Dicho gesto maravilloso, aquel momento utópico que estremeció mi vida en aquellos segundos, fueron brindados por una anciana de pequeña estatura, que llevaba consigo muchísimas primaveras a cuestas, y a su lado, un balde viejo de pintura donde colocada los atados de ruda que vendía a los transeúntes que recorrían la acera.
Llevaba de atuendo una blusita celeste con muchisimas flores bordadas, flores de muchos colores brillantes, como un arcoiris después de una larga tormenta, un sombrerito decorado con un listón color rosa y un trío de claveles rojos que hacian juego con su gigantesca pollera, ademas unos zapatitos negros, adornados de forma impar con un broche dorado lleno de oxido en forma de mariposa, llenos de barro a causa de la abundante tierra y llovizna que caía sin parar desde tempranas horas.
No pude evitar detenerme al verla sentada en el piso mojado y frio, estirando el brazo para pedir una lismona a cada persona que pasaba a su lado, seguramente con la finalidad de comprar algo de comida para poder llevarse a la boca.
Mi estómago se retorcía de la pena, me abordó una sensación de tristeza y pena que me motivaron a obrar de una manera no antes realizada.
Me fui a un restaurante cercano y compre un menú contundente para ella y se lo lleve rápidamente , sin pensarlo un segundo, sin ver a los lados a la hora cruzar la calle, corrí en su dirección, todo en cuestión de segundos.
Me arrodilla lentamente con mi mano apoyada en su hombro y con la mirada puesta en sus ojos, note que el sentido de la vista la había abandonado a su suerte por lo que le resta de vida.
Sentía que ella podía verme sin tener sus ojos sanos,sentia que aquella pared blanca que obstaculizaba el contacto entre nosotros , no era impedimento para saber que estaba junto a ella para poder ayudarla y ser su bastón en aquel momento.
Extendí su mano entreabierta y coloque la bolsa con la comida caliente y le dije :Mamita , aquí tienes algo para que comas y soportes un día mas de pesares.
Su mano se cerró lentamente,cojiendo firmemente la bolsa, la cual casi termina abrazando de manera enérgica y no me percaté que, del monton de plantas que tenía en su balde, tomo y arrancó un tallito de ruda, la cual, adivinando donde podría estar mi mano, la puso en mi palma y cerró mi puño diciéndome lo siguiente: esta ramita de ruda te traera más suerte que a mi el día de hoy, guardala y veras que por donde vayas, el sol alumbrara tu camino.
Aquella ramita de ruda, aquella planta de hojitas redondeadas, hoy la llevo conmigo, porque ella, es el sol que alumbra mi camino y mejor aún, porque vino de un alma agradecida, que sin nada que tener,me regalo una mavarillosa experiencia y contribuyó plenamente en mi vida.
La buscaba con ansias, pero quería que llegara sola , esa pieza lista para tomar su posición permanente e irremovible en el rompecabezas de mi vida.
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