Resiliencia

De que me vale escribir algo por el día del padre, si el no lo va a leer, de que
me sirve inspirarme hasta la última gota de energía que brota de mi cuerpo, si el ya no esta, se fue.

Podrán decir, como siempre lo dicen mejor dicho, ahora tienes un angelito que te cuida desde el cielo o también, mientras lo recuerdes, estará contigo siempre cuando lo necesites.....
No, eso es una puta vil mentira. El ya no esta, él se fue de ese mundo para siempre.

Me dejó sin su amor, sin su forma de ser, sin su ronquido de carcocha destartalada por el paso de siglo, de su cumbia a todo volumen mientras cocinaba los manjares de la vida para este humilde servidor, de su cigarro mañanero, de su forma peculiar de despertarme, frotandome sus manos húmedas y heladas por todo mi rostro,haciéndome levantar de un salto y con ganas de arrancarle la cabeza, de su forma de afeitarse, de su bigote de brocha, de su pelada (de ahi viene mi herencia), de su arroz con pollo, el mejor del mundo, de su chatita de ron, que lo volvía todo Pablo Neruda, y se ponía a escribir poemas a su yoyita, a su gordita, a su amor eterno, mi bella y hermosa madre,de sus partidas de golpeado cuando nos cortaban la luz y a punta de velas, convertiamos la sala de la casa, en el mas glamoroso casino de las vegas e infinidad de cosas que no me alcanzaría la vida para mencionarlas.

Para ti, viejo renegón, viejo salamero, viejo eterno, mañana estaré contigo y volveremos a hablar como aquella vez, que nadie sabe, que me ahogue en llanto y solo tu estuviste para consolar a tu hijo,el último, el chiquito, el huevón, el especial.

Ahora y siempre, somos uno.

Hasta más tarde, Papá.

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